Laos - Nong Khiaw

Luang Prabang

Tras desembarcar, me tomé unos días para explorar la ciudad antes de continuar mi viaje.

A pesar de que Luang Prabang es Patrimonio de la Humanidad por su herencia precolonial y colonial, a pesar de haber sido durante mucho tiempo la capital de Laos, a pesar de todos mis esfuerzos por encontrarla hermosa e interesante, simplemente no pude.

Luang Prabang me pareció sosa, sin sabor. Y, aun así, siempre he encontrado algo interesante en cada país, en cada ciudad que he visitado, pero esta vez, nada que hacer.

Así que salí un rato...

Las cataratas Kuang Si

Mi anfitrión me dice que hay unas cascadas muy bonitas a una hora en coche hacia el sur.

¿Cascadas? Digamos que tenemos muchísimas opciones en ese sentido, en la ciudad de Quebec (Montmorency), en Quebec (Vauréal, Chaudière, Fraser, etc.) y en Canadá (Niágara), pero vayamos a verlas de todos modos.

El esfuerzo valió la pena. Las cataratas son magníficas y únicas. El carbonato de calcio, con el que está saturada el agua, refleja la luz, dando la impresión de que el agua es turquesa.

Este mismo carbonato se deposita y crea unas cortinas muy atractivas.

¿Whisky, dices?

Al regresar de la cascada hicimos una breve parada en un arrozal donde el granjero nos mostró la técnica de elaboración del whisky, el mismo whisky que tan eficazmente había adormecido a mi compañero de barco durante nuestra parada en Pak Beng.

Para preparar esta bebida, se necesita arroz, por supuesto. Pero no cualquier tipo de arroz, sino arroz glutinoso. Este arroz es una mutación del arroz que conocemos bien y es uno de los favoritos de los laosianos.

El proceso comienza remojando el arroz glutinoso en agua durante tres días. Después, se hierve durante unas horas.

La mezcla se coloca en ollas y se deja que desarrolle moho y bacterias, permitiendo que el proceso de fermentación descomponga los azúcares y los convierta en alcohol.

Después de unos días, el alcohol resultante está listo para la destilación.

Se apilan dos tanques: el inferior contiene el vino de arroz fermentado, que se coloca al fuego, mientras que el otro contiene agua fresca. El tanque con el vino de arroz se calienta a fuego constante, lo que provoca la evaporación del alcohol. Cuando los vapores del alcohol llegan al otro tanque, el agua se enfría y se condensa. El alcohol fluye por una tubería para ser recogido.

Sólo falta añadir diversos ingredientes para deleitar a los turistas amantes de las emociones fuertes, como serpientes y escorpiones.

Nong Khiaw - Del sueño a la realidad

Ahora es hora de emprender otra aventura. Aquí es donde descubro que Laos no tiene la misma definición de "autobuses de lujo" que sus vecinos.

Esto es lo que me espera...

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Así que fui al punto de partida sólo para ver, para mi sorpresa, llegar un Tuk Tuk.

Así que apilamos nuestro equipaje en el techo y la gente en la parte de atrás. No hay suficiente espacio para todos, así que se sientan unos encima de otros.

Y entonces... el tuk-tuk se pone en marcha. Al principio, pensé que íbamos a una estación más céntrica, pero no. Damos la vuelta a la ciudad una, dos, tres veces, añadiendo más equipaje y... más gente cada vez.

Finalmente, llegamos a la "estación" y todo el proceso vuelve a empezar. Bajamos a todos y sus maletas del tuk-tuk, las subimos al techo de un minibús y... nos amontonamos en el viejo y destartalado autobús. Y de repente, entiendo por qué la compañía que vende los billetes insiste en ofrecer un seguro de vida.

La mayoría de mis compañeros se lo toman con calma, pero algunos están indignados por el trato.

Hablando de angustia, me doy cuenta de que mi Gravol está en mi bolsa de viaje, y está en el techo. Ojalá no tenga que llevar nada. Ojalá mi equipaje siga en el techo cuando llegue.

Tengo la suerte de tener una ventana, pero se abre constantemente, dejando entrar el polvo de la carretera en la cabina.

Cuatro horas después, llegamos a Nong Khiaw, con la ropa, el pelo y... los pulmones cubiertos de un fino polvo marrón. Un simple paseo te convencerá de la verdad de lo que digo.

Bueno, Nong Khiaw no es solo polvo. También tiene paisajes magníficos.

¿Una pequeña albóndiga con eso?

Mientras caminaba por el pueblo, me topé con un bar diferente. Este vendía comida y bebida, y... cannabis y... opio. Incluso había catres para que la gente pudiera disfrutar plenamente de las pocas horas de ensoñación inducida por el opio.

No lo entendía, sabiendo que todas las drogas "recreativas" son ilegales en Laos. Así que le pregunté a un francés que vivía en Nong Khiaw, y me enteré de que, aunque las drogas son ilegales, la policía hace la vista gorda mientras reciba su soborno. Este soborno se calcula en función de las ventas semanales.

La guerra en Laos

• De 1964 a 1973, Estados Unidos bombardeó Laos, lanzando una bomba cada ocho minutos, las 24 horas del día, durante nueve años. Laos fue el país más bombardeado de la historia, y sin embargo, no estaba en guerra con Estados Unidos. Esta estrategia estadounidense buscaba cortar las líneas de suministro de armas a Vietnam del Norte.

• 30.000 personas murieron en Laos durante la guerra de Vietnam, y otras 20.000 desde entonces, debido a bombas sin explotar.

• Laos es considerado uno de los países más contaminados del mundo por municiones en racimo. Cada día, personas corren el riesgo de resultar heridas o morir por municiones sin explotar en más de 10.000 aldeas. Se estima que hay alrededor de 80 millones de municiones en racimo sin explotar.

  
  

Municiones de racimo:

Lanzadas desde aeronaves o disparadas desde tierra o mar, liberan cientos de pequeñas bombas llamadas "submuniciones" a mitad de su trayectoria, que pueden cubrir un área equivalente al tamaño de varios campos de fútbol. Actualmente están prohibidas por la Convención de Ginebra.

Los altibajos de viajar

Cuando les cuento mis aventuras, evito mencionar lo que no me gustó, sabiendo que lo que para uno es basura, para otro es tesoro. Además, los pequeños inconvenientes suelen compensarse con multitud de maravillosos descubrimientos.

Sin embargo, tuve muchos problemas en Laos. Parece que este país no es de mi agrado. Decir que no me gustó nada sería falso, pero no está lejos de la realidad.

Ya fuera la conducción agresiva, las escaleras torcidas, el transporte precario, la comida, la dureza de las tablas que llaman "colchones", el polvo, la ausencia total de un zapatero en un pueblo de más de 50.000 habitantes, los farmacéuticos sin formación básica, la intoxicación alimentaria que contraje en Nong Khiaw, seguida de un virus que cogí y con el que sigo luchando 10 días después, el país no me recibió precisamente con la mejor cara... si es que tiene alguna.

Bueno, la buena noticia es que he perdido al menos 5 kilos... pero probablemente los encontraré en el camino.

Koh Tao (Tailandia)

Escribí esta publicación desde la Isla Tortuga (Koh Tao), donde llevo unos diez días recuperándome. Si hay un lugar que tenía muchas ganas de visitar, era este. Tengo muchas ganas de sentirme mejor para disfrutarlo al máximo y compartir mis descubrimientos con vosotros.