Portugal - Duero

Hoy me dirijo a las montañas del norte de Portugal. De hecho, intento escapar del frío y la lluvia, con sus ocasionales destellos de sol, que me ha acompañado desde que llegué.

Esta noche dormiré en una casa de piedra, pero primero, voy a hacer un poco de turismo.

Braga

Primera parada en Braga: el Santuario del Buen Jesús del Monte.

Además del inmenso santuario, hay una escalera monumental llamada "Vía Sacra del Buen Jesús", un bosque (Parque del Buen Jesús) y un funicular hidráulico centenario.

Este funicular, inaugurado en marzo de 1882, es el más antiguo del mundo que aún sigue en funcionamiento.

Funciona con agua de manantial. Consta de dos cabinas que se mueven sobre dos vías paralelas, una en la cima y otra en la base de la pendiente. El agua añadida a un depósito bajo la cabina superior le permite descender mientras la cabina inferior, más ligera, asciende. Me encanta el ingenio humano cuando logra crear cosas útiles y sencillas. No hay riesgo de que este funicular deje de funcionar por una erupción solar.

Incluso disfruté de un concierto de campanas. Otro recuerdo que atesoro en un rincón de mi mente.

Guimarães

Llevo unos meses jugando videojuegos. Me he convertido en lo que podríamos llamar un "gamer". Nada inusual; millones de personas jugamos videojuegos, pero mi avanzada edad (ya tengo más de cincuenta años) y mi percepción negativa de los videojuegos no me predisponían precisamente a esta afición. Sin embargo, cuando mi hijo me sugirió un juego que parecía encajar con mi personalidad, pensé: ¡Por qué no!

Así que descubrí Baldur's Gate 3, al principio con dificultades (no es fácil controlar a un personaje cuando no conoces WASD ni otros controles básicos), y luego con alegría a medida que mejoraba mi dominio de los personajes. Cuando juego, me sumerjo en un mundo onírico que me permite dar rienda suelta a mis deseos secretos.

Así, cuando entro en el Palacio de los Duques de Braganza, ubicado en Guimarães, mi imaginación se desata. Me veo empuñando la Lanza de la Noche y luchando contra enemigos en los salones del palacio.

Incluso examino con atención el tapiz del gran salón para ver si representa mis hazañas.

Bueno, bueno, tranquilicémonos y volvamos poco a poco a la realidad... porque todavía me queda mucho por descubrir hoy.

Cabeceiras de Basto

Un paraíso terrenal. Los propietarios, una pareja belga, decidieron cambiar el bullicio de la ciudad por una vida tranquila en contacto con la naturaleza. Les costó un poco adaptarse, pero diez años después, siguen igual de contentos con su decisión.

Encontraron una vieja casa de piedra abandonada en las montañas de Portugal y la reformaron poco a poco. Así crearon Casa da Ribeira de Cima.

Parece fácil, pero en realidad, se encontraron con varias dificultades y... las superaron una tras otra, transformando la humilde vivienda en un remanso de paz.

Ahora comparten su paraíso casi totalmente autosuficiente con turistas y aventureros de todo el mundo.