Portugal - Oporto

De camino a Oporto

Viajar siempre es increíblemente enriquecedor, siempre que estemos abiertos a lo inesperado.

Esta mañana, conduciendo hacia Oporto, vi dos mochilas enormes al borde de la carretera. ¿Dos mochilas? No, eran dos jóvenes alemanes viajando tranquilamente por el mundo. Emmie y Joschka, a quienes nada, absolutamente nada, puede detener. Emprendieron su viaje en 2020. ¿Recuerdan... 2020? Tuvieron que sortear las normas sanitarias mientras viajaban de un continente a otro con un presupuesto ajustado. Auténticos aventureros.

¿Cómo se cruza un océano cuando se está sin blanca? Pues bien, se embarcan en un crucero que se reposiciona en otra parte del mundo según la demanda estacional. Así cruzaron el Atlántico como jubilados adinerados. Dos semanas en un transatlántico, comida, piscina, sol, todo por menos de 400 € por persona.

Al llegar a Caraïbes, continúa de viaje en autostop en los puertos deportivos, viajar de una isla a otra, de un país a otro, en velero. Así, visitaron varias islas y aprendieron navegación al mismo tiempo.

Tras cuatro años de ausencia, ya están de regreso, y tuve el privilegio de acompañarlos en parte del trayecto desde Nazaré hasta Aveiro.

Nazaré

Como Nazaré estaba en mi ruta, me detuve unos minutos para admirar la playa y el mar increíblemente tranquilo.

Hoy está tranquilo, pero no siempre es así.

El mes pasado, el surfista alemán Sebastian Steudtner surfeó la ola más grande jamás medida, de 28,57 metros (93,73 pies). Tiene agallas. No es precisamente intrépido, pero aun así. La temperatura del agua era de 15 °C (59 °F). Así que debía de tener los dedos de los pies congelados.

Oporto

Para ahorrar, me alojo en Espinho, un pequeño pueblo al sur de Oporto.

Desde allí, tomo el tren a Oporto para admirar el paisaje a lo largo de la vía, evitar las tarifas de aparcamiento desorbitadas y experimentar los famosos trenes europeos de los que todo el mundo habla.

Después de un viaje de 30 minutos en un tren urbano limpio y cómodo, llego y me quedo maravillado. ¿Quién hubiera pensado que una estación de tren podría ser tan hermosa?

Entre Oporto y Montreal... la elección es fácil.

La vida de los ricos y famosos

Me habían recomendado mucho visitar el Café Majestico.

Es un café histórico que abrió sus puertas en 1921. Su importancia radica tanto en el ambiente cultural que lo rodea, en particular la tradición de los "cafés rendez-vous", donde se reunían diversas figuras de la vida cultural y artística de la ciudad, como en su arquitectura Art Nouveau.

J.K. Rowling, cuyos libros e ideas adoro, escribió allí el primer libro de la ahora mundialmente famosa saga de Harry Potter.

derechos: Fofo et Sitomon 

Excepto que... se me olvidó y terminé en el McDonald's más bonito del mundo.

No me malinterpreten, no soy fan de la comida rápida, pero sí aprecio las cosas bonitas, y cuando pasé por delante de este edificio, no pude evitar detenerme a admirarlo.

Su predecesor, el famoso Café Impérial, cerró en 1995 y fue adquirido por McDonald's, que decidió conservar la decoración, las vidrieras y las lámparas de araña.

McDonald's incluso fue un paso más allá al ofrecer platos tradicionales de Oporto, como los famosos Pasteis de Nata, o tartas de crema portuguesas, popularizadas por el famoso (para algunos, infame para otros) Horacio Arruda.

Oporto también es conocido por las fachadas de los edificios revestidas de azulejos.

En Oporto, bebemos... vino de Oporto.

No hay nada como sentarse en una terraza y disfrutar del fruto de la vid... sobre todo después de caminar, o mejor dicho, escalar, durante unas horas por las calles de la ciudad.

Oporto también está lleno de obras de arte por todas partes. Estos señores, sentados en un parque, parecen estar pasándoselo en grande...

Por último, Oporto también es una ciudad acogedora enclavada en las escarpadas orillas del río Duero, que desemboca en el océano. Les contaré más sobre ella en la próxima publicación...